TMTTRIO
01-06-2005, 05:35 PM
http://www.lanacion.com.ar/deportiva/nota.asp?nota_id=668809&origen=premium
Navidad y Año Nuevo a pura competencia
Emanuel Ginóbili
Especial para LA NACION
En esta época muchos se preguntan cómo es pasar las fiestas en plena competencia de la NBA. Lo mejor que puedo hacer para que me entiendan es contar lo que me pasó hace dos años: el 31 de diciembre nos tocaba jugar con Washington, el partido terminó tarde y se hizo la medianoche cuando estábamos en el ómnibus, saliendo rumbo a San Antonio. Cada uno desde su asiento saludó al de adelante, después se dio vuelta y saludó al de atrás: "Feliz Año Nuevo", "feliz Año Nuevo", y se acabó.
Algo así me pasaba ya cuando estaba en Italia. Extraño las fiestas, pero más que nada para encontrarme con mi familia y mis amigos. En la Argentina nos reuníamos en la casa de algún tío. Era espectacular. Nos juntábamos 20 o 30 y encima en verano, cuando uno puede estar en lugares abiertos o tirarse a la pileta.
La verdad es que con el tiempo, cuando uno está tan lejos, va perdiendo el significado de las fechas. Hoy, para mí, el 1º de enero y el 4 de marzo son lo mismo. Tal vez porque además no soy tan religioso.
Me tocó pasar esta Navidad en San Antonio. Jugamos el 23 y el 26 como locales, así que me reuní con algunos compañeros del equipo, más que nada los que estamos solos. Pasé el Año Nuevo en Los Angeles, después de un partido con los Clippers. Jugamos a las 19, terminamos a las 22, entre la ducha y la atención a la prensa, llegamos al hotel a las 22.30. Los que estábamos con nuestras mujeres fuimos a comer. Festejamos..., bueno, "festejamos" es una forma de decir, porque en realidad... a los que les gusta, brindaron con champagne, y enseguida a la cama, porque al día siguiente viajamos a Sacramento. Pudimos levantarnos un poco más tarde, pero enseguida a entrenarnos otra vez.
Hablando de cosas más deportivas, hay que decir que el equipo ya está bien consolidado. Los dos nuevos se adaptaron: Beno Udrih está jugando muy bien y Brent Barry está levantando de a poco, encontrando sus tiros; con él tenemos una paciencia infinita, porque sabemos la calidad de jugador que tiene y si queremos llegar a buen destino vamos a necesitarlo mucho.
De Phoenix y Seattle, que tienen los mejores récords, puedo decir que muestran estilos muy parecidos. Abiertos y con mucho tiro exterior. A uno le ganamos y contra el otro perdimos dos veces. ¿Qué diferencias hubo? Sólo que Seattle metió muchísimo desde fuera, con Ray Allen, Radmanovic y Rashard Lewis y no tuvimos una buena noche, mientras que frente a Phoenix logramos cubrir bien a los tiradores.
Lo de la lesión no fue para preocuparse. Tuve una caída fea en un partido ante Phoenix, que me dolió un poco, nomás, y seguí jugando. Después, cuando me enfrié, empezó a endurecerse todo. Al otro día tenía la parte alta de la espalda y el cuello como una piedra. Con relajantes, masajes y antiinflamatorios me sentí bien. Me perdí sólo el partido con Portland y pude volver contra Los Angeles, el 31. Decidí jugar, porque, si no, es difícil mantener el estado físico. Los entrenamientos son tácticos y de tiro, nada más. Si no volvía, podía llegar a pasarme cinco días sin trabajo físico y eso, en plena competencia, me mata.
Para los que vieron la nota en la página de Internet en la NBA sobre mi "estilo loco de juego", les cuento que cuando llegué no pensé que eso iba a llamar tanto la atención. Pero a mí me toca vivirlo todos los días con mi entrenador, que siempre me dice que lo trastorno. Sé que soy muy acelerado, pero es la forma en la que jugué siempre. Antes creía que en esta competencia podía haber cientos que jugaran de esa forma, pero, por lo visto, no es así, porque siguen marcándomelo como algo llamativo.
Sobre el All-Star realmente no tengo tantas expectativas. No porque no quiera jugar; sería increíble hacerlo. Pero por votos es imposible llegar, si están arriba Tracy McGrady y Kobe Bryant. Steve Nash también está jugando bárbaro. La única forma sería que me eligieran los entrenadores, pero no estoy tan convencido de que me toque estar ahí este año.
Navidad y Año Nuevo a pura competencia
Emanuel Ginóbili
Especial para LA NACION
En esta época muchos se preguntan cómo es pasar las fiestas en plena competencia de la NBA. Lo mejor que puedo hacer para que me entiendan es contar lo que me pasó hace dos años: el 31 de diciembre nos tocaba jugar con Washington, el partido terminó tarde y se hizo la medianoche cuando estábamos en el ómnibus, saliendo rumbo a San Antonio. Cada uno desde su asiento saludó al de adelante, después se dio vuelta y saludó al de atrás: "Feliz Año Nuevo", "feliz Año Nuevo", y se acabó.
Algo así me pasaba ya cuando estaba en Italia. Extraño las fiestas, pero más que nada para encontrarme con mi familia y mis amigos. En la Argentina nos reuníamos en la casa de algún tío. Era espectacular. Nos juntábamos 20 o 30 y encima en verano, cuando uno puede estar en lugares abiertos o tirarse a la pileta.
La verdad es que con el tiempo, cuando uno está tan lejos, va perdiendo el significado de las fechas. Hoy, para mí, el 1º de enero y el 4 de marzo son lo mismo. Tal vez porque además no soy tan religioso.
Me tocó pasar esta Navidad en San Antonio. Jugamos el 23 y el 26 como locales, así que me reuní con algunos compañeros del equipo, más que nada los que estamos solos. Pasé el Año Nuevo en Los Angeles, después de un partido con los Clippers. Jugamos a las 19, terminamos a las 22, entre la ducha y la atención a la prensa, llegamos al hotel a las 22.30. Los que estábamos con nuestras mujeres fuimos a comer. Festejamos..., bueno, "festejamos" es una forma de decir, porque en realidad... a los que les gusta, brindaron con champagne, y enseguida a la cama, porque al día siguiente viajamos a Sacramento. Pudimos levantarnos un poco más tarde, pero enseguida a entrenarnos otra vez.
Hablando de cosas más deportivas, hay que decir que el equipo ya está bien consolidado. Los dos nuevos se adaptaron: Beno Udrih está jugando muy bien y Brent Barry está levantando de a poco, encontrando sus tiros; con él tenemos una paciencia infinita, porque sabemos la calidad de jugador que tiene y si queremos llegar a buen destino vamos a necesitarlo mucho.
De Phoenix y Seattle, que tienen los mejores récords, puedo decir que muestran estilos muy parecidos. Abiertos y con mucho tiro exterior. A uno le ganamos y contra el otro perdimos dos veces. ¿Qué diferencias hubo? Sólo que Seattle metió muchísimo desde fuera, con Ray Allen, Radmanovic y Rashard Lewis y no tuvimos una buena noche, mientras que frente a Phoenix logramos cubrir bien a los tiradores.
Lo de la lesión no fue para preocuparse. Tuve una caída fea en un partido ante Phoenix, que me dolió un poco, nomás, y seguí jugando. Después, cuando me enfrié, empezó a endurecerse todo. Al otro día tenía la parte alta de la espalda y el cuello como una piedra. Con relajantes, masajes y antiinflamatorios me sentí bien. Me perdí sólo el partido con Portland y pude volver contra Los Angeles, el 31. Decidí jugar, porque, si no, es difícil mantener el estado físico. Los entrenamientos son tácticos y de tiro, nada más. Si no volvía, podía llegar a pasarme cinco días sin trabajo físico y eso, en plena competencia, me mata.
Para los que vieron la nota en la página de Internet en la NBA sobre mi "estilo loco de juego", les cuento que cuando llegué no pensé que eso iba a llamar tanto la atención. Pero a mí me toca vivirlo todos los días con mi entrenador, que siempre me dice que lo trastorno. Sé que soy muy acelerado, pero es la forma en la que jugué siempre. Antes creía que en esta competencia podía haber cientos que jugaran de esa forma, pero, por lo visto, no es así, porque siguen marcándomelo como algo llamativo.
Sobre el All-Star realmente no tengo tantas expectativas. No porque no quiera jugar; sería increíble hacerlo. Pero por votos es imposible llegar, si están arriba Tracy McGrady y Kobe Bryant. Steve Nash también está jugando bárbaro. La única forma sería que me eligieran los entrenadores, pero no estoy tan convencido de que me toque estar ahí este año.